"Es la música que hay en nuestra conciencia, el baile que hay en nuestro espíritu,
lo que no quiere armonizar con ninguna letanía puritana, con ningún sermón moral..."
(Nietzsche: Más allá del bien y del mal, 216)


El susurrador





El volumen con que se dicen las cosas parece directamente opuesto a su importancia. Los hechos verdaderamente trascendentales siempre se han contado en voz baja... Cuanto más alto es un sonido, más aturde la capacidad de pensar, como el alarido del karateca o las sirenas de los bombarderos en picado. Por eso todos los charlatanes adoran el megáfono, todos los embaucadores hablan a gritos. Me alejo de los que dan grandes voces a mi alrededor para recuperar el silencio, mi silencio, en el que pueda escuchar claramente los susurros del Demonio.



Miguel AlgOl

1 comentario:

Dani Legions dijo...

Magnífica verdad.