Es importante que este propósito sea concreto —es decir, que se limite a una cosa. Una vez que tienes definido qué es lo que quieres conseguir mediante la magia (y puede ser cualquier asunto: riqueza, éxito, amor, salud, maldecir a alguien), dedícate a pensar posibles visualizaciones que representen claramente tu objetivo. Y busca también alguna frase simple y evocadora que condense ese objetivo.
La visualización escogida no debería ser demasiado compleja. Por ejemplo, si deseas obtener éxito en una entrevista de trabajo, visualízate a ti mismo recibiendo una carta que confirma este éxito, o imagínate vestido para la entrevista oyendo a alguien decirte: "Enhorabuena. Estamos dispuestos a ofrecerle...". Si, en un lado más oscuro, quieres dañar a alguien mediante la magia, escoge una visualización que consista en esa persona experimentando alguna forma de sufrimiento. Por ejemplo, imagina su cara retorciéndose a causa de horrendos dolores de estómago. Una vez que has elegido la visualización apropiada, sigue desarrollándola en tu mente durante varios días antes del trabajo que vayas a hacer, pero sin introducir en todo ello ninguna emoción. Elegir una frase que represente tu propósito es bastante sencillo — por ejemplo, para conseguir el amor de alguien: "Que X caiga enamorado/a de mí". Como en el caso de la visualización, repite a menudo la frase en los días previos al trabajo, pero sin ninguna emoción.
Las técnicas de la magia hermética tienen como objetivo hacer surgir desde tu interior una fuerza frenética controlada. Una oleada poderosa de energía física y emocional. Esta energía es dirigida por la visualización y la vibración de la frase elegida.
Tu objetivo durante un trabajo debe ser perder casi por completo el control de ti mismo, mediante una emoción apropiada al tipo de trabajo (pero esto no es aplicable, por ejemplo, a la magia interna y a la mayoria de técnicas curativas herméticas). Deja que el movimiento de tu cuerpo ayude a sacar esta energía de ti — y no tengas miedo durante el trabajo de reír, llorar, gritar o chillar.
Un trabajo debe dejarte exhausto tanto física como mentalmente. Si no es así, es que no has puesto el suficiente esfuerzo en él. Prepara bien de antemano tu trabajo: Reúne los materiales necesarios, encuentra un espacio apropiado, prepara el área que hayas elegido. Siente por anticipado tanto el placer del trabajo como el poder mágico que vas a provocar y controlar. Intenta mantenerte en un estado de ánimo expectante y excitado pensando en el día del ritual, porque esto incrementará el poder del trabajo. Sin embargo no te preocupes por su éxito: debes creer que va a salir bien, que tu voluntad, mediante la magia, controla tu propia vida. Siente el poderoso Destino del mago — es muy útil hacerlo en los días previos al trabajo, si quieres desempeñar conscientemente el papel de hechicero o hechicera. Rodéate de objetos de interés mágico, quema incienso en tu vivienda, lleva algún complemento que sientas que es mágico, vístete de determinada manera (por ejemplo, todo de negro). Corta una vara de avellano y graba en ella símbolos mágicos. Escoge un nombre mágico para ti mismo y graba ese nombre en la madera.
Si te preparas de esta manera, estarás listo para empezar el trabajo, dispuesto para desatar el poder atávico que hay dentro de ti.
© Orden de los Nueve Ángulos:
NAOS: A Practical Guide to Modern Magick. Apéndice V.
© de la traducción española Miguel AlgOl
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