por Phil Hine
Las dificultades para acercarse a la práctica tántrica radican en lo que podríamos llamar la actitud pseudo-imperialista hacia los sistemas mágicos no occidentales. El trabajo de Francis King Tantra for Westerners (Tantra para Occidentales) es un caso paradigmático. King afirma que hay –al menos en la superficie– muchas similitudes entre los conceptos tántricos y la Qabalah occidental. Y así su libro presenta una perspectiva "qabalizada" sobre el Tantra. Convertir modelos ajenos en modelos familiares puede ser útil hasta cierto punto, pero también se convierte en un ejercicio limitador. Una situación análoga pudo ser los esfuerzos de los primeros antropólogos para caracterizar al comportamiento chamánico como "epiléptico".
Esto puede encajar bien en la teoría, pero no muestra la verdadera historia. Creo que para acercarse al Tantra es necesario, hasta cierto nivel, examinar la cultura hindú ortodoxa, tanto en lo relativo a su historia y religión como en lo tocante a su psicología. Y conseguir así entender el contexto en el que brota el Tantrismo. Hay la tendencia entre los occidentales a tratar el Tantrismo como un "condimento extra" para añadir más sabor a las prácticas mágicas familiares, o en este sentido, a las actividades de alcoba (que es el tema de muchos libros populistas sobre el asunto).
Devoción y Magia
El término genérico para ritual en la India es Puja, que puede traducirse como "adoración" o "magia". Según la doctrina tántrica, el propósito del ritual es usar técnicas especiales para establecer contacto con niveles de existencia superiores, que llamamos dioses y otros seres sobrenaturales, y que pueden guiarnos y ayudarnos en nuestros esfuerzos para avanzar. Los diferentes mundos están en relación armónica entre sí, y mediante la acción ritual puede hacerse que reaccionen, del mismo modo que un instrumento de cuerda reacciona cuando se hace resonar uno de sus armónicos. El ritual, una combinación de sonido, formas, ritmos, gestos, flores, luces, incienso y ofrendas, lleva al practicante hacia el mundo de lo divino, mientras que la deidad, encantada, es traída más cerca. El ritual es por lo tanto un puente para establecer y mantener este contacto.
Se considera también que, dado que los mundos sutiles son muchos, los efectos de un ritual puede que no siempre se alcancen, y que sus resultados sean realmente contrarios a los efectos buscados. El ritual es por lo tanto un instrumento potencialmente peligroso y, sea interno (mental) o externo (puja), debe seguir un procedimiento sistemático. Todos los elementos del puja están basados en correspondencias establecidas a niveles muy sutiles.
En la psicología mágica india el hombre se convierte en aquello que adora, y su deseo (kama) configura la forma de su conversión. Quienes adoran dioses llegan a ser dioses, quienes adoran a los antepasados llegan a ser los antepasados, quienes adoran a los elementos dominan los elementos, y quienes me adoran me consiguen.
Krishna, el Bhagavadgita
Al examinar el puja, debemos tener en cuenta que en la psicología mágica tántrica todas las deidades son manifestaciones del sí-mismo. Lo que no quiere decir, sin embargo, que debamos considerar a las deidades meros aspectos de nuestra psique, en el sentido en que lo hacen los psicólogos jungianos o los seguidores de la New Age.
Al realizar el puja:
(a) Recibimos la bendición de la deidad.
(b) Desarrollamos la consciencia de nuestra propia divinidad profunda.
Otro aspecto que debemos tener muy en cuenta es que la magia india se basa intensamente en la interconexión de las correspondencias, de una forma muy similar a lo que ha venido desarrollando la moderna qabbalah. El estudio meticuloso y la investigación personal sobre estas correspondencias intensifican considerablemente la experiencia del puja. Me atrevo a decir incluso que el estudio de estos conceptos dentro del contexto de lo que significan en el puja es muy superior a su mero estudio por separado, ya que en el puja se puede ver cómo los conceptos se relacionan entre sí.
La primacía de la triple experiencia
La triple naturaleza de la experiencia es un concepto básico de la psicología mágica tántrica. Por ejemplo, la forma tántrica de entender la percepción es triple: La medida — El objeto a medir — El acto de medir.
Otras triplicidades significativas son: Creador (Brahma), Preservador (Vishnu), Destructor (Shiva); los tres mundos, los tres tiempos, los tres gunas, Sol Luna Fuego.
Por lo tanto, al realizar el puja, nos movemos a través de una triple relación con la deidad elegida:
(a) Identificando a la deidad como algo que se origina en nuestro interior.
(b) Externalizando a la deidad, para experimentarla como algo distinto de nosotros.
(c) Re-identificándonos con la deidad, en función de lo anterior.
El objeto o propósito del puja es establecer una comunión entre el devoto y la deidad.
A veces se dice que la magia tántrica tiene un carácter "demasiado devocional". Esto, a mi juicio, procede de una mala comprensión de la naturaleza de la magia devocional y de la concepción tántrica de la relación entre practicante y deidad. En el puja mi guru primero me ha enseñado a identificarme internamente con la deidad elegida, mediante meditación, visualización, mantra y nyasa (la identificación de diferentes partes del cuerpo con deidades, mediante el tacto). Seguidamente a externalizar la deidad expeliéndola o proyectándola dentro de una forma (una estatua u otra imagen), para poder "adorar" al dios o a la diosa. Y finalmente a reabsorberla tras la finalización de la adoración. La concepción tántrica de las deidades es que son tanto trascendentes como inmanentes. Desde la perspectiva tántrica el Universo es la encarnación del Shiva trascendente y de la Shakti inmanente. La existencia brota desde, y es, su unión.
Al realizar el puja a menudo mi propósito es ofrecer un sacrificio a una deidad, para que ella o él me conceda un beneficio. Las letanías a las deidades a menudo se refieren a ellas "haciendo los gestos de disipar los miedos y conceder beneficios". Interpreto actualmente el término "miedos" como los obstáculos (kleshas) que me impiden alcanzar la dicha del estado divino; la frase "conceder beneficios" significa el poder del dios o de la diosa para ayudarme en la eliminación (o, más exactamente, integración) de esos miedos. El proceso subyacente a esta aproximación al puja es similar a la mayoría de formas de la magia ritual. Una forma-deseo se hace consciente (es formulada) y es separada del ego al ofrecerla o sacrificarla al dios o a la diosa que se focaliza en el puja. Finalmente, la forma divina es reabsorbida y la realización de la forma-deseo tiene lugar orgánicamente (algunos preferirán decir aquí "inconscientemente", pero siento que es un concepto demasiado limitador).
¿Y cómo funciona esto en la práctica? El año pasado realicé un puja a Ganesha con el objetivo general de encontrar para mí un trabajo "apropiado". No meramente "un trabajo", sino el que me resultara más apropiado. Dado que no estoy escribiendo este artículo en el trabajo, puedes estar seguro de que fue todo un éxito. Siento que el Puja y la meditación diaria sobre Ganesha me permitieron "disipar los miedos" de no encontrar un trabajo, y todo lo que esto conlleva –lo que naturalmente supuso un buen grado de trabajo sobre mí mismo y la relajada certeza de que "algo iba a aparecer".
Para adorar a una deidad, una persona debe convertirse en el sí-mismo de esa deidad a través de la dedicación, el control de la respiración y la concentración, hasta que su cuerpo llega a ser la morada de la deidad.
Gandharva Tantra
Creo que muchos de los remilgos que provoca este tipo de magia devocional se deben al trasfondo general del cristianismo monoteísta en el ocultismo moderno. Después de todo, es diferente cuando los magos invocan a un dios para un propósito y a otro dios para otro. Pero si comienzas a invocar al mismo dios para todo, la cosa empieza a parecerse a una religión (o a una manía), lo que pone los pelos de punta en ciertos ambientes. Las principales deidades indias, sin embargo, son tan multivalentes en sus aspectos y formas que sí resulta posible hacerlo. Esto también supone que la tendencia de los ocultistas occidentales a categorizar dioses sobre la base del Árbol de la Vida es inoperante. Ganesha es un buen ejemplo. Podemos decir que tiene un aspecto de Júpiter, en cuanto se asocia a la riqueza. Sin embargo es también mercurial, dado que es un escriba. También combate demonios (Marte), domina obstáculos (Saturno), y a menudo es representado como el guardián del chakra Muladhara (Tierra). Tiene al menos treinta y dos formas, y hay más que pueden descubrirse mediante la experiencia práctica.
Brujería y demonios
He tratado del puja devocional porque es el acercamiento principal al ritual tántrico que he seguido hasta ahora. Pero hay otras formas. En The Earth Mother (1989), Pupul Jayakar describe un "conjuro de brujería" del Atharva Veda que incluye elementos tan familiares como la creación de una imagen del blanco del conjuro, la recitación de un mantra por un periodo de varios días, y otras cosas:
"Para predisponer a la diosa, se exigen ritos para la preparación de un Kunda que tome la forma de un Yantra, símbolo del Yoni. Se le ofrece una oblación de ghee (mantequilla aclarada) y azucar moreno. La bruja coloca guirnaldas rojas, adelfas de olor dulce, se viste con ropa roja y se coloca mirando al sur. El mantra, llamado el "conjuro susurrado", se usa entonces para la invocación:
Om venerable Rudra, Om, oh tú la acre, tú la de la hoja acre, bendita, Asuri la rojiza, tú la de la ropa roja, oh hija de Atharvan, la no terrorífica, la no terrorífica constructora de maravillas, golpea, golpea, quema, quema, cocina, cocina, estruja, estruja, sigue quemando, sigue cocinando hasta que traigas a [nombre] a mi poder. Svaha." (Jayakar, p. 60)
La lentanía precedente se usa para invocar a la "Mujer Asuri", una de las formas de la diosa Durga. Una forma más extrema de ritual se relata en la obra de Sudhir Kakar Shamans, Mystics and Doctors (1991). Es una sadhana (práctica) dirigida a una diablesa llamada Karna. La sadhana se lleva a cabo unos tres días antes de la luna nueva. Requiere diez días de preparación, y otros diez días de ritual después de que la sadhana ha sido realizada. Durante diez días la persona practicante evita cualquiera de los actos sagrados prescritos para los brahmanes. No se lava los dientes ni se cambia de ropa, y usa el mismo plato sucio para todas las comidas. Durante los tres días de la sadhana misma, calma su sed bebiendo su propia orina, y su hambre comiendo sus propias heces.
Durante la primera noche de la sadhana, cierra todas las puertas de su casa. Enciende once grandes lámparas de aceite en su habitación. Lleva un rosario de cuarenta y cuatro huesos que ha desenterrado de un terreno de cremaciones por la noche. Cara al sur, recita (japa) un mantra ciento quince veces. Orina y defeca sin romper la repetición, y se unta las heces y la orina por el cuerpo.
Finalmente, el practicante describe cómo es visitado por "una atractiva mujer, de unos veinticinco a treinta años, completamente desnuda". Esta se sienta cerca de él, le acaricia el pene, unta los dos cuerpos con las heces del practicante, y desaparece cuando éste finaliza la recitación del mantra. Al tercer día, ella le "incita" a tener relaciones. Al comienzo del periodo final de japa, ella aparece otra vez, se sienta en el regazo del practicante, defeca y orina sobre él y le extiende su orina y heces por todo el cuerpo. Entonces le dice al practicante: "Cuando yo quiera tener relaciones, vendré a ti y tú tendrás que satisfacer mi deseo. Cuando tú preguntes alguna cosa, yo te susurraré la respuesta al oído".
Kakar escribe que, como resultado de esta sadhana, ya no pudo realizar más las tareas sagradas y los rituales de un brahmán, pero que su negocio de astrología se volvió todo un éxito, debido a los poderes de la diablesa, que le dieron conocimientos del pasado y futuro de sus clientes, y le atrajeron nuevos clientes.
Este ritual es interesante por diversas razones. Primeramente, confronta y transgrede violentamente los tabús hindúes ortodoxos relacionados con la limpieza y la pureza ritual –de hecho creo que tendría el mismo efecto en la mayoría de los occidentales. En segundo lugar, esta sadhana se basa en la identificación con la entidad que es el foco de la práctica. El practicante se comporta de una forma que sea aceptable para la diablesa, culminando su práctica con una especie de hieros gamos que, para el brahmán, es más vergonzoso todavía por ser extático. El resultado de esta sadhana es que, al volverse próspero, se ha convertido en un "excluido" de la sociedad.
Ananda y Lila
El término lila se usa para designar el juego divino, y se refiere al estado en que los dioses se encuentran en relación al Universo. El tántrico, aspirando al juego divino de los dioses, busca no estar condicionado por nada. Al jugar, dejas atrás la percepción del mundo "ordinario" y entras en un mundo mágico. Como divinos jugadores en este mundo, los dioses son seres gozosos, hermosos y espontáneos, que disfrutan del universo.
Relacionada con esta idea del juego divino está la ananda –que usualmente se traduce como "éxtasis". Pero debemos ser muy cuidadosos con los términos y sus diferencias. Por ejemplo, mucha gente piensa que los estados de éxtasis, como el samadhi, están caracterizados por una especie de retirada o fuga del mundo. Pero el propósito tántrico no es retirarse del mundo, sino disfrutarlo. Por mi parte prefiero la definición de ananda que aparece en Kakar, pp. 166-167:
"El verdadero tántrico está siempre en estado de no supresión y de disfrute. El propósito de cada momento de la vida es experimentar ananda. Ananda es el disfrute activo de cada cosa que te encuentras en tu camino. El tántrico tiene sólo aquellos deseos para los que el entorno está preparado, dispuesto y en condiciones de satisfacerlos. Esto no es porque él niegue ninguno de sus deseos o los racionalice, sino porque ha desarrollado su capacidad de atención y es intensamente consciente de dónde está y de lo que está haciendo en cada momento de su vida."
La magia tántrica considera muy importante intensificar la consciencia de los propios sentidos, de la presencia física de uno, del mundo que nos rodea, de las trabas de los hábitos, las restricciones, las dependencias –los "obstáculos" que nos impiden experimentar ananda. El Tantra es un camino de Alquimia Psicosomática, que se inicia con las premisas básicas de sensualidad y adoración, placer, energía y compasión. Esta alquimia es dinámica, y demuestra que el cuerpo es un caldero bullente de actividad: tormentas de fuego neuronales cruzan el cerebro en milisegundos, complejas transacciones moleculares tienen lugar en un instante, el corazón derrama energía como un crisol. La magia tántrica reúne todas las llamadas técnicas de gnosis, desde la contemplación calma hasta el éxtasis frenético. Una de las virtudes centrales del Tantra es la compasión, que surge desde la identidad empática con las especies y la Tierra. Esta apertura al mundo es metamórfica, y hace más profunda la visión y más fuerte el corazón. Por ello, los sistemas de control basados en el miedo y en la obediencia ciega siempre han visto al Tantra como algo sospechoso, si no subversivo.
Fuentes
Agehananda Bharati: The Tantric Tradition. Rider Books.
D. R. Kinsley: The Sword and the Flute. Motilal Banarsidas Publishers.
Jeffrey J. Kripal: Kali's Child. University of Chicago Press.
Julius Evola: The Yoga of Power. Inner Traditions.
Katon Shual: "The Tantras: Part One". Nuit-Isis nº 9.
Mandrake of Oxford: Tantra Magick.
Pupul Jayakar: The Earth Mother. Penguin Books.
Sudhir Kakar: Shamans, Mystics and Doctors. University of Chicago Press.
© Phil Hine
© de la traducción española Miguel AlgOl
1 comentario:
La riqueza espiritual de la India aporta
Mucho a lo mágico.
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