"Es la música que hay en nuestra conciencia, el baile que hay en nuestro espíritu,
lo que no quiere armonizar con ninguna letanía puritana, con ningún sermón moral..."
(Nietzsche: Más allá del bien y del mal, 216)


Invocando al Barón


(Las palabras con * se encuentran explicadas al final del artículo.)




El Barón Samedi* es uno de los loa* principales del Vudú de Haití y también de Nueva Orleans. Está vinculado a la nanchon* Guedé*, de la que es manifestación, cabeza de familia o padre espiritual. Tiene diversas encarnaciones o personalidades, entre ellas las de Barón Cimetière*, Barón La Croix* y Barón Kriminel*. Es el marido de Mamá Brigitte*. El Barón es el loa de los muertos y señor de los cementerios. Está relacionado de manera especial con la magia negra y los conjuros.

Se le describe tradicionalmente como una figura sofisticada y extrañamente seductora, con la cara de una calavera, sombrero de copa, esmoquin, gafas oscuras —a las que a menudo falta un cristal—  y tapones de algodón en los agujeros de la nariz, como un cadáver preparado para el entierro. A menudo lleva un bastón o un báculo. Dada su afición al tabaco y al ron, suele presentarse con  un cigarro entre los dientes y también a veces con un vaso en la mano. Su voz es llamativamente nasal.


Su veve* o sigilo es una cruz sobre un pedestal flanqueada por dos ataúdes. Sus colores preferidos son el negro, el blanco y el púrpura.

El Barón tiene una personalidad extremadamente burlona y procaz. Gusta de hacer bromas muy sucias y obscenas tanto a los seres humanos como a otros loa. Usa constantemente de palabrotas y de las alusiones sexuales más groseras. Los símbolos fálicos le representan. Una de las cosas que le resultan más divertidas durante un ritual o manifestación es azorar a los asistentes haciendo públicos sus más recónditos secretos eróticos o sexuales. A pesar de estar casado con la poderosa Mamá Brigitte, suele perseguir a las mujeres mortales.

Como loa de la muerte, espera a los humanos en los cruces de caminos y establece quién debe morir y quién no. Sólo él puede aceptar la muerte de un ser humano, porque es él en persona quien cava su tumba. Así el Barón es convocado para sanar a los enfermos más graves, pues es él en última instancia quien decide si mueren o viven. Se le considera un juez muy sabio en estos menesteres. Si opta porque un ser humano muera, una legión de ayudantes o servidores menores, todos vestidos como él pero sin su magnética personalidad, ayudan al fallecido a llegar a Guinee*. Si considera que vale la pena que el humano viva, le curará de toda enfermedad o herida. Lo mismo vale para cualquier brujería letal (wanga) ejercida contra alguien, por más poderosa que sea: será inútil si el Barón decide que la persona sobreviva a ella. Incluso, si considera que la hechicería ha sido injusta, la volverá contra quien la hizo. Al Barón le gusta proteger especialmente a los niños, por lo que se pide su ayuda cuando alguno de ellos está enfermo, y también para conseguir dinero con que sustentarlos. Posee también el poder sobre la resurrección, y sobre la posibilidad de que los seres humanos se transformen en animales.

El Barón es el amo de los zombis. Su voluntad garantiza que el muerto descanse en su tumba y no vuelva al mundo de los vivos convertido en uno de ellos.

A cambio de sus favores, el Barón puede pedir determinadas cosas, dependiendo de su humor en ese momento: Un ritual consagrado a él, o que los que le convoquen lleven ropa negra, blanca y púrpura, o un regalo de cigarros, ron, café o cacahuetes tostados. En ocasiones prefiere también arroz, pan, frijoles negros y carne muy hecha. En Nueva Orleans se afirma que el ron que más le gusta al Barón, y al resto de la familia Guedé, es el llamado piman: un ron en el que se han puesto a macerar veintiún guindillas. La persona que durante el ritual es poseída realmente por el Barón beberá el piman como agua, pero a la que esté fingiendo se le quemará la boca.




Vocabulario


(Mamá) Brigitte. Llamada también con las formas Maman Brigitte, Maman Brigit, Manman Brijit, Ma'man Brigit, Grann Brigitte, o simplemente Maman. Es la esposa del Barón y, como él, loa de los muertos. Se la considera la madre de los cementerios. Ciertos autores creen relacionado su nombre con la deidad celta Brigit o Brighid, una de las Tuatha Dé Danann.

Cimetière. "Cementerio" en francés. Baron Cimetière es Baron Semetye en criollo haitiano.

(La) Croix. "La Cruz" en francés. Obsérvese el veve del Barón. Baron La Croix es Baron Lakwa en criollo haitiano.

Guedé. Escrito también Gede, Ghede o Guédé. Es una familia (nanchon) de loas relacionados con la muerte. Viven en los cementerios y se dice que se aparecen en las iglesias católicas de noche. Hay numerosos loas Guedé, siendo los más célebres el Barón Samedi y Papá Guedé, este último considerado el cadáver del primer hombre que murió y el señor de los cementerios de Nueva Orleans. Algunos autores consideran que los Guedé tienen una relación especialmente familiar entre ellos, a diferencia del resto de nanchons.

Guinee. El mundo de los espíritus, al que viajan los muertos.

Kriminel. Del francés criminel, "criminal". Es la encarnación más terrible del Barón. Se dice, entre otras cosas, que si la comida que se le ofrece al Barón Kriminel no es de su agrado, devora a pedazos los brazos del oferente.

Loa. También lwa. Son los "espíritus" o "deidades" del Vudú. Se agrupan en familias o nanchons.

Nanchon. La palabra procede del francés nation ("nación"). Significa una familia o agrupación de loas. Entre las más conocidas están la Guedé, la Rada, la Petro, la Nago, la Kongo, la Ibo y la Djouba.

Samedi. Significa "sábado" en francés. Otras formas de llamar al Barón en el criollo haitiano son Baron Samdi, Bawon Samedi o Bawon Sanmdi.

Veve. Símbolo pictográfico, sigilo o cosmograma de un loa, usado para representarlo especialmente durante el ritual.



© Miguel AlgOl


4 comentarios:

giovanni dijo...

muy interesante aporte miguel,saludos

Umfelk dijo...

Excelente artículo y muy ameno el estilo, un placer de leer.

Anónimo dijo...

Unos días antes de la publicación de esta entrada, consegui una calavera de yeso sobre la que coloqué un gran cirio negro: éste parecía un sombrero de copa.

Luego oculté su cuenca derecha tras un pedazo de cera negra (con lo que se asemejaba a la calavera de una bandera pirata).

Unos días después adherí con silicona, sobre la otra cuenca, un rodamiento: y al hacerlo, ¡sorpresa!, el trozo de cera que ocultaba la cuenca derecha se desprendió, quedando tan sólo la izquierda oculta.

Cuando lei la entrada me gustó la mágica conicidencia con lo que dices del Barón, su sombrero y las gafas a las que a menudo falta un cristal.

Siniestros saludos.

gladys dijo...

Hola, estaba buscando información porque yo me llamo Gl. Guede y quería saber si mi nombre tiene relación con las cosas que me pasan a veces.