"Es la música que hay en nuestra conciencia, el baile que hay en nuestro espíritu,
lo que no quiere armonizar con ninguna letanía puritana, con ningún sermón moral..."
(Nietzsche: Más allá del bien y del mal, 216)


¿Es Satán un invento judeocristiano?

Contra el "bibliocentrismo" en el estudio de la figura del Demonio



Es "lógico" que muchos cristianos busquen en la Biblia el origen de la figura y el nombre de Satán: De Satán, al fin y al cabo, les han hablado los curas. No resulta ya tan lógico que, al encontrar en la Biblia su nombre, saquen como conclusión que es una mera invención bíblica. Cualquier historiador de Egipto, de Mesopotamia o de Persia sabe que una gran parte de lo que aparece en la Biblia no tiene su origen último allí. Es bien conocido, por ejemplo, que el Diluvio Universal no es una creación bíblica, sino sumeria, pese a que en el Occidente moderno nos sigan hablando de él sólo en las parroquias.

Si cada elemento que se encontrara en la Biblia fuera un invento original de los autores de este libro, estaríamos reduciendo prácticamente toda la antiquísima riqueza cultural de lo que hoy llamamos Oriente Medio a la historia de Israel. Aunque desde luego esta forma de obrar ha constituido siempre una sólida tradición cristiana: De hecho hasta el siglo XVIII la Biblia y únicamente la Biblia era la fuente oficial en Europa para saber del mundo antiguo anterior a los griegos.

Que el nombre Satán adquiera en la Biblia distintas propiedades y connotaciones, que primero se utilice para unas cosas (mensajeros de dios, el rey de Asiria... yo qué sé) y luego para otras (principio del Mal, tentador... los beatos sabrán), no quiere decir por lo tanto que estemos contemplando la génesis y la evolución del concepto mismo de Satán. Todo eso refleja sólo la historia de cómo la casta sacerdotal de Israel fue apropiándose de ese antiguo nombre y liándose bastante con su significado (quizás porque siempre les resultó inclasificable). Atribulados cristianos: Hay vida cultural en el mundo más allá de la Biblia, antes de la Biblia.

El nombre Satán está vinculado etimológicamente con Set, que es un nombre egipcio mucho más antiguo que la misma religión judaica. También está relacionado seguramente con el nombre del dios etrusco Sethlans, asociado al fuego y a la fragua, y posiblemente con la raíz del nombre romano Saturnus, que es como los romanos decidieron llamar en su lengua al más importante de todos los titanes griegos enemigos de los dioses (Cronos). Si se quiere hacer filología con Satán, debería hacerse filología comparada, no exclusivamente filología semítica.

Pero... esperad un momento. Si el nombre y la figura de Satán atraviesan las lenguas y las culturas, incluso las que no parecen tan directamente conectadas entre sí ¿Quiere esto decir que no sería la caprichosa creación de alguna de ellas? ¿Que Satán sería entonces independiente o anterior a los libros o las leyendas que lo mencionan? ¿Que es de algún modo real?

Sí, Satán es real. Y cada vez que piensas en él, él ya está a medio camino hacia ti.


(El Demonio me hizo escribirlo)


Miguel AlgOl


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