"Es la música que hay en nuestra conciencia, el baile que hay en nuestro espíritu,
lo que no quiere armonizar con ninguna letanía puritana, con ningún sermón moral..."
(Nietzsche: Más allá del bien y del mal, 216)


Oración al Diablo


 

Salve Satán, Rey de los Infiernos,
Señor del Abismo, Gloria del Mundo.
Loado seas Emperador de la Voluntad,
Adalid magnífico de la plenitud de la carne.
Aparta de mí la pestilencia de los sacerdotes
Y el hedor venenoso de las capillas.

Ven a mí radiante desde el Sur, Satanás,
Señor del Fuego.
Ven a mí invencible desde el Norte, Belial,
Señor de la Tierra.
Ven a mí luminoso desde el Este, Lucifer,
Señor de los Aires.
Ven a mí terrible desde el Oeste, Leviatán,
Señor de las Aguas Profundas.


Que no camine nunca por las sendas de los rebaños,
Que no tenga que pisar los excrementos de los corderos,
Que caigan ante mí las ciudadelas de los ídolos vacíos,
Las mentiras de los cobardes, las trampas de los fracasados.
Que la sangre de Dios tiña mis manos.

Para siempre lucha, nunca pleitesía.
Para siempre rebelión, nunca sometimiento.
Para siempre vida y muerte con valor.

Que llegue a ser el que soy.



Precatio ad Diabolum


Salve Satan Rex Inferorum
Dominus Voraginis Gloria Mundi.
Laudatus sies Imperator Voluntatis
Dux magnificus plenitudinis carnis.
A me amove pestilentiam sacerdotum
Foetoremque veneficum sacellorum.

Ex Austro veni ad me Satana radians
Dominus Ignis.
Ex Septentrionibus veni ad me Belial invictus
Dominus Terrae.
Ex Oriente veni ad me Lucifer fulgidus
Dominus Aerum.
Ex Occidente veni ad me Leviathan terrificus
Dominus Abyssorum.

Ut nunquam itinera gregum faciam
Ut ne stercores agnorum calcem
Coram me arces idolorum inanium 
Mendacia abiectorum foveasque victorum pereant
Ut sanguis Dei manus meas tingat.

Per semper proelium, nunquam servitus
Per semper rebellatio, nunquam summissio
Per semper cum fortitudinem vita morsque sint.

Ut fiam qui sum.



Miguel AlgOl


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