Hoy mismo, si revisamos las estanterías de Barnes and Noble o navegamos por los muchos portales ocultistas que saturan la red, encontraremos que la magia sexual se asocia comúnmente con el Tantra, y a menudo se la identifica completamente con él. Sólo necesitamos hacer una búsqueda en Google sobre "sex magic" para encontrarnos con varios cientos de sitios web como Sacred Sex: Karezza, Tantra, and Sex Magic, TantraMagic.com y Developmental Techniques for Tantra/Sex Magic, y la inmensa mayoría de ellos parte de esta equivalencia entre magia sexual occidental y Tantra asiático. Los más tímidos pueden consultar también la Complete Idiot's Guide to Tantric Sex [Guía del Completo Idiota para el Sexo Tántrico], un manual paso a paso para la magia sexual tántrica y sus muchos beneficios, profusamente ilustrado. Los más intrépidos pueden indagar, sin embargo, en la obra mucho más oscura de Nicholas y Zeena Schreck, Demons of the Flesh [Demonios de la Carne]. Este libro se presenta como una obra neo-tántrica del sendero de la mano izquierda y adaptada a las necesidades del mundo occidental del siglo veintiuno. Comienza con el lema "Sexo es Poder", y promete desvelar no sólo los secretos de "el sadomasoquismo, las orgías, la ruptura de tabúes, el fetichismo, la prolongación del orgasmo, el vampirismo sexual, el trato carnal con entidades divinas y demoníacas, el despertar de lo Demoníaco Femenino", sino tambien de "la desprogramación y el descondicionamiento eróticos" (frases del anuncio de su contraportada).
¿Pero qué tienen que ver las tradiciones asiáticas del Tantra con la magia sexual tal y como es entendida en el mundo occidental moderno? Verdaderamente no mucho. Con esto quiero decir que las primeras formas de Tantra que surgieron en las tradiciones hindúes y budistas de la India, China, Tíbet y Japón tienen muy poco en común con las formas de magia sexual que aparecieron en Europa y América a partir del siglo diecinueve. E incluso que desde finales del siglo diecinueve las nuevas formas importadas de Tantra fueron progresivamente mezcladas y a menudo completamente confundidas con formas occidentales de magia sexual.
Como sostiene la gran mayoría de estudiosos, el término "Tantra" o "Tantrismo" no se refiere a una entidad singular, monolítica o claramente definida. Por el contrario, es más bien un término ambiguo para referirse a un enorme conjunto de textos, tradiciones, sectas y prácticas rituales que se extienden a través de las comunidades hindúes, budistas y jainistas del sur y del este de Asia desde aproximadamente el siglo quinto en adelante. Como defiende André Padoux, la categoría abstracta de "Tantrismo" —como un "ismo" singular y unificado— es en sí misma una invención relativamente reciente, y en su mayor parte es la creación de los estudiosos occidentales orientalistas del siglo diecinueve. Y verdaderamente la identificación de Tantrismo con "magia sexual" es una idea muy reciente. Hay sin duda una larga tradición de práctica sexual a lo largo de las escuelas tántricas indias desde al menos los siglos quinto o sexto, pero estos ritos sexuales indios poco tienen que ver con las diversas formas de "sexo espiritual" y "magia sexual" que hoy se anuncian en las librerías new age o en el infinito número de sitios de cibersexo que proliferan en internet.
¿Cómo acabó mezclado, diluido y fusionado el complejo cuerpo de tradiciones conocido como Tantra con la magia sexual occidental? ¿Y cómo acabó siendo identificado fundamentalmente con la gratificación y la liberación sexuales? Para responder a estas cuestiones creo que debemos fijarnos en la primera tradición de estudios occidentales sobre el Tantra, a partir del siglo diecinueve, y luego examinar también el complejo proceso mediante el cual el público occidental se apropió del Tantra en el cambio de siglo.
Como Richard King ha defendido en Orientalism and Religion [Orientalismo y Religión], los estudiosos occidentales del siglo diecinueve imaginaban constantemente la India como una tierra de mística trascendental y de espiritualidad ultraterrena, concebida como contraste de este "terrenal" y activamente político mundo occidental. Aunque, extrañamente, King no hace ninguna referencia ni al papel de la sexualidad en la mística ni a la categoría de Tantra. Yo considero que el Tantra fue un elemento crucial en el imaginario orientalista sobre la India, como parte clave del imaginario moderno sobre el misticismo, especialmente en sus formas más oscuras, peligrosas y aberrantes.
Como señaló Michel Foucault, este periodo de finales del siglo diecinueve y comienzos del veinte —a grandes rasgos el periodo de la era victoriana en Inglaterra— no fue en absoluto la época de represión sexual y mojigatería que nosotros comúnmente imaginamos que debió ser. Por el contrario, la última parte del siglo diecinueve presenció una explosión sin precedentes de discursos sobre la sexualidad, que se empezaba entonces a categorizar, clasificar y describir en infinitos y excitantes detalles. Sobre todo hubo un especial interés por la sexualidad en sus formas "desviadas" o "transgresoras", tal como la homosexualidad, la masturbación y otros actos no orientados a la reproducción. El nuevo interés por el Tantra y otras técnicas sexuales exóticas del "misterioso Oriente" formó parte de este extendido interés occidental por el poder de la sexualidad en sus formas transgresoras. Muchos europeos y europeas de finales del siglo diecinueve parece que trabajaron sobre su profunda ambivalencia personal en lo tocante a sexualidad y religión; y encontraron en el Tantra una maravillosa "otra" forma de espiritualidad — una especie de espejo vacío en el que poder proyectar sus más intensas ansiedades, miedos, esperanzas y deseos prohibidos.
Muchos académicos orientalistas y misioneros cristianos vilipendiaron el Tantra como la confusión más perversa y depravada de sexualidad y religión, de complacencia sensual e ideales espirituales. Pero para muchos otros autores de finales de la era victoriana, el Tantra parecía representar una estimulante libertad respecto a la gazmoñería opresiva de la sociedad cristiana decimonónica.
Fundada por Theodor Reuss a comienzos del siglo veinte, la Ordo Templi Orientis (O.T.O.) fue no sólo uno de los primeros grupos europeos en tomar un serio interés por el Tantra. Fue también, y esto es más importante, uno de los primeras en unir las tradiciones indias de Yoga y Tantra con los métodos occidentales de magia sexual, como las técnicas que enseñaba Paschal Beverly Randolph. Sin embargo la O.T.O. llevaría esas técnicas sexuales en una dirección que ningún tantrika indio podría haberse imaginado. Reuss y la O.T.O. imaginaban los ritos sexuales del Tantra como instrumentos no sólo para liberar la experiencia espiritual, sino también para dar a luz todo un nuevo orden social. Y finalmente Aleister Crowley, el miembro más denostado dentro de la O.T.O., imaginó esas técnicas sexuales como medios para destruir el viejo y agonizante mundo occidental cristiano y dar paso a una nueva era de la historia de la humanidad. En cualquiera de los casos, estas apropiaciones occidentales del Tantra no son el producto de ninguna tradición india real. Son reflejos de las fantasías orientalistas y de las obsesiones sexuales de la propia sociedad occidental moderna.
© Hugh Urban: "The Yoga of Sex: Tantra, Orientalism, and Sex Magic in the Ordo Templi Orientis" (Extracto de la primera parte).
© de la traducción española Miguel AlgOl.
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