Desde mi forma de entender lo siniestro, todo el simbolismo implicado en un trabajo mágico personal no tiene ningún "poder" por sí mismo. Es el mago, la maga, quien inviste de poder a ese conjunto de signos — su propio poder. "No hay Dios sino el Hombre", escribió la Gran Bestia... Si el poder procede de los "dioses", si sólo los "dioses" pueden hacer su voluntad, los humanos somos las únicas divinidades presentes en nuestras respectivas vidas.
Así pues los símbolos, los "paradigmas" que utilicemos son sólo lenguajes para intentar hablarnos a nosotros mismos. Un lenguaje no es nada sin el contenido, y sólo los seres vivos podemos imprimir contenido. Por ello decía también Crowley que no teníamos que conceder poder a las "cosas o seres" que surgen en el trabajo mágico, porque vendría a ser como si les concediéramos poder a las palabras del diccionario sobre lo que pensamos decir.
El Sendero Siniestro reúne dos cosas a la vez, imbricadas. Por un lado la conciencia, y una forma de vida en consecuencia, de lo que acabo de señalar: Que no deberíamos adorar a dioses, sino a nosotros mismos (a lo más auténtico de nosotros mismos). Por otro lado es una "simbología" o "imaginería" de la Oscuridad, de lo Infernal, alimentada culturalmente de diversas fuentes. Pero en sí mismo este lenguaje oscuro no sería nada si no hubiera un corazón que late por él. Satán no vendría a ayudarte si no desearas realmente, con toda tu alma que no tienes, ser su aliado.
El abanico de Rituales Satánicos que LaVey publicó es un ejemplo claro de este juego consciente con los lenguajes ocultos, todos sustituibles entre sí porque dependen de la inspiración que pueden provocar en cada persona: Un ritual satánico nos lleva a las criptas medievales y al mundo de las salmodias con antorchas y capuchas — realmente sugerente. Otro ritual satánico conduce al mundo de iridiscencias verdes y monstruosas de Lovecraft, con sus puertas al horror que viene a través del tiempo — verdaderamente apasionante. Otro ritual satánico no tiene extrañamente determinados ángulos y hay una presencia inquietante de una luz crepuscular, una verdadera pesadilla expresionista, por decir algo — francamente impresionante... Y los presenta juntos, uno tras otro, porque todos son reemplazables, todos son "satánicos".
Cada mago, cada maga, debe crearse su propia simbología inspiradora, sin miedo a elegir todos aquellos elementos que le conmueven de una forma u otra. De hecho esa variopinta elección ya ha sido tomada en su interior, lo único que haría realmente es reconocerla y ponerla en acción.
Esta simbología o imaginería puede rescatarse de cien mil sitios. Me ha resultado entrañable la propuesta en este sentido del grupo musical chamánico de dark ambient Paleowolf. Han creado un mundo sugerente basado en la evocación de la fauna gigante que convivió con los primeros humanos en la Edad del Hielo: mamuts, tigres de dientes de sable, uros... Lo explican ellos mismos de esta manera en uno de sus trabajos:
"La historia primera del planeta Tierra estuvo poblada con formas de vida que pueden haber ido más allá de nuestra imaginación. Aunque todavía hoy, el mundo animal perdido para nuestro conocimiento y nuestra percepción no se ha perdido para nuestro inconsciente colectivo y nuestra memoria genética."
"Hubo una vez un tiempo magnífico y glorioso en que los gigantes caminaban por la Tierra. Una fauna colosal se desplazaba por las tundras y las estepas de la Edad del Hielo, mientras los primeros homínidos observaban con temor. Las impresiones que estos grandiosos seres, poderosos especímenes de la madre Naturaleza, causaron en las mentes recién nacidas de los humanos de la Edad del Hielo fueron tremendas."
"Los artistas-chamanes prehistóricos trazaron líneas y glifos en las paredes de las cavernas, creando totems de la Megafauna, invitando a estas poderosas energías salvajes ancestrales a unirse a la vida y el destino de las tribus. Las tribus cantan y meditan al unísono, convocando al Gran Espíritu Feroz de la Naturaleza."
Y hacen esta música ritual, que sin duda debe funcionarles mágicamente muy bien.
Miguel AlgOl
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