"Es la música que hay en nuestra conciencia, el baile que hay en nuestro espíritu,
lo que no quiere armonizar con ninguna letanía puritana, con ningún sermón moral..."
(Nietzsche: Más allá del bien y del mal, 216)


Breve historia de Satán

por la Orden de los Nueve Ángulos




Según las creencias nazarenas [cristianas] generales, Satán hizo su primera aparición en lo que se considera el tiempo bíblico antiguo. Breves referencias a Satán aparecen en diversas partes del Antiguo Testamento, en las que se le describe como un ángel caído o rebelde a la suprema deidad llamada Dios, y su rebeldía se debió a su orgullo. En estas historias, la función de Satán es tentar a los seres humanos y alejarlos de las enseñanzas, la revelación y las leyes de Dios.

En lo que comúnmente se entienden como las partes más antiguas del Antiguo Testamento -muy probablemente escritas entre el 230 a.C. y el 70 a.C.- Satán es descrito como un malicioso adversario u oponente, siendo así que un ser humano que se opusiera al llamado "pueblo elegido" de Dios era considerado frecuentemente un "satán". Durante siglos esta historia y ontología del ser bíblico llamado Satán experimentó ulteriores desarrollos, especialmente por parte de los nazarenos.

Hay sin embargo una sólida evidencia de que los autores del Antiguo Testamento se inspiraron en historias y leyendas más antiguas sobre una deidad persa que llegó a ser llamada Ahriman, y que por lo tanto puede ser considerada como el arquetipo del Satán bíblico y también del Iblis coránico. También hay evidencias de que el Dios del Antiguo Testamento -Jehovah- pudo basarse en mitos y leyendas de la deidad persa que se denominó Ahura Mazda.

La Orden de los Nueve Ángulos ofrece una interpretación y una historia muy diferentes de Satán, principalmente basadas en la antigua tradición aural, transmitida por unos pocos adeptos de lo que se ha llamado, indistintamente, la Tradición Oscura, el Camino Séptuple, el Sendero Siniestro, el Satanismo Tradicional o el Hebdomadario.

Según esta tradición, el ser conocido por el nombre exotérico de Satán es uno de los Dioses Oscuros, entidades que existen, habitan, en el continuum acausal. Satán es el Príncipe de las Tinieblas y del Caos y es descrito -como algunos otros Dioses Oscuros- como un metamorfo, capaz de asumir forma humana, que ha visitado o se ha manifestado en la Tierra en diversos tiempos a lo largo de la historia de la humanidad.

Así pues, para la ONA, Satán es una entidad viviente que habita el continuum acausal y que puede -mediante diversos nexions- hacerse presente en ciertas formas físicas en el continuum causal  y provocar o ser la génesis de cambios en él.

Además podemos considerar que Satán -y otros Oscuros metamorfos, como la entidad Bafomet, conocida por nosotros en su forma humana femenina- ha influido en nuestro desarrollo consciente, especialmente a través del Caos y el Cambio operados por los adeptos satánicos mediante la Dialéctica Siniestra. Los adeptos e iniciados satánicos se consideran entonces como los que realizan el trabajo de Satán aquí en el causal y en nuestro planeta, la Tierra.

Una leyenda describe a Bafomet como la amante y esposa de Satán -y la Madre de toda la vida en nuestro planeta. Bafomet es pues, según esta leyenda, la fuerza creadora innata, la energía cósmica que inunda y guía la Naturaleza hacia adelante, por medio de lo que los humanos hemos llamado evolución.

De acuerdo con esta leyenda, Satán -y otros Oscuros- se manifestaron en la Tierra ante nosotros hace muchos milenios, en el alba de la conciencia humana. Además Satán -y otras Entidades Oscuras del acausal- tienen, por su naturaleza acausal, determinados poderes. Entre ellos el provocar ciertos cambios en los humanos (deseados o no por nosotros) y en nuestro mundo causal ("acontecimientos" en el planeta Tierra). Así Satán -o ellos, en particular Bafomet- pueden interferir en los asuntos humanos, y ya lo han hecho, en función de su especial naturaleza.

Con esta "interferencia" expresamos que ciertas entidades acausales poseen la habilidad de cambiar o alterar en ciertas formas la energía y la materia causales -en especial el tipo de energía que constituye nuestra psique humana, que es por su parte un nexion generalmente latente entre el reino del causal y los reinos del acausal. La Iniciación Satánica es un medio para abrir este nexion particular, y vivir de una manera satánica hace que se mantenga abierto y se expanda, permitiendo que la energía acausal fluya a través de él. Esto confiere un nuevo tipo de vida al satanista, que puede presenciar la energía acausal (las fuerzas oscuras) sobre la Tierra, y le otorga la oportunidad de una existencia acausal tras su muerte.


De la ontología de Satán y su nombre 

Según la ONA Satán y otros Seres Oscuros son sencillamente entidades acausales que viven, habitan, en el continuum acausal. Es decir, son un tipo  natural de vida en el Cosmos, y no fueron creados por ninguna deidad suprema. Existen y viven de acuerdo a su naturaleza acausal en su propio tiempo acausal y en los infinitos ámbitos del espacio acausal.

La Tradición Satánica de la ONA afirma que un ser supremo creador no existe, y que lo que llamamos Dios es sólo una abstracción humana, una construcción humana innecesaria, un mito, que los seres humanos, y por lo tanto ciertas religiones, teologías y filosofías, han proyectado sobre la realidad del Cosmos en un vano intento de comprenderlo y comprenderse.

A diferencia de nosotros -que somos frágiles seres mortales que vivimos por un breve periodo en el continuo causal, y por lo tanto nuestros cuerpos están sujetos a la decadencia provocada por el tiempo causal, lineal, y su causa-efecto- las entidades acausales, debido a la naturaleza del espacio y el tiempo acausales, pueden ser consideradas "inmortales" y capaces de "viajes" instantáneos, tanto en sus propias dimensiones como en las nuestras.

Por lo tanto estas entidades no son lo que comúnmente se llama "seres sobrenaturales": son sólo un tipo de seres diferentes de los que nosotros, seres humanos mortales que vivimos en el continuo causal, podemos conocer a través de nuestros sentidos humanos. Estos seres acausales no tienen, no necesitan, frágiles cuerpos orgánicos como los que nosotros poseemos, aunque -como se ha mencionado- pueden asumir formas humanas cuando son presenciados sobre la Tierra.

El nombre Satán es sólo el nombre exotérico tradicional de esta particular entidad acausal. El nombre esotérico de esta entidad es un canto (una vibración con una frecuencia e intensidad especiales) que puede entonarse de manera correcta por dos o más seres humanos en un lugar con un tipo determinado de acústica y en el que un cristal con la forma apropiada haya sido convenientemente alineado. Ese canto representaría entonces el verdadero nombre de la entidad. Según la tradición, la vibración del nombre esotérico de Satán en la forma correcta abre un tipo especial de nexion y transmite una llamada humana hacia el acausal que Satán respondería.

Este nombre esotérico (secreto y correcto) de Satán está basado en la palabra griega de la que proviene el nombre Satán. La ONA deriva este nombre del fenicio y después, en una forma variante, del griego antiguo -un nombre griego copiado y deformado por otros, y luego deformado por los escritores del Antiguo Testamento, que escribieron varios siglos después del tiempo de griegos como Esquilo y Pitágoras. 

Es muy posible que haya sido la entidad metamorfa conocida para la ONA como el Príncipe de las Tinieblas la que haya inspirado diversas historias, mitos y leyendas de diferentes culturas en distintos tiempos, incluyendo las historias, mitos y leyendas sobre Ahriman.

Así pues ha habido relatos sobre la presencia en la Tierra de esta concreta entidad acausal, y estos relatos se usaron como base para el "Satán" fantasioso descrito en el Antiguo Testamento, una imagen a la medida de un pueblo que sufría severamente de la enfermedad debilitadora del abstraccionismo -con su idea del "pueblo elegido", sus profetas, su ser supremo vengativo, sus "textos sagrados" y sus leyes de origen divino. Una enfermedad manifestada en ese pueblo simultáneamente en un síndrome de orgullo desmesurado y en una sensación de de estar perseguido. 



© Orden de los Nueve Ángulos
Año 121 de Fayen


© de la traducción española Miguel AlgOl


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