A.L.S. 16
Mata con el placer al dios del dolor.
A.L.S. 17
En un afilado borde entre el abismo interior y el abismo de los demás, el yo humano intenta mantenerse en equilibrio.
A.L.S. 18
Siempre sospechando perversión y depravación en los que les rodean... ¡Qué sucia la imaginación de la gente virtuosa!
A.L.S. 19
Es muy hipócrita decir que "todos somos iguales"... La realidad es que hay personas radiantes que iluminan los días que habitan, y otras mezquinas y tóxicas sobre cuyas cabezas hay que avanzar como pisando charcos.
A.L.S. 20
Por la noche siempre se asoma el Infierno.
A.L.S. 21
"Spells that really work..." promete un reciente libro wicca. Pero los hechizos no "funcionan" por sí mismos, son sólo palabras. Y el mundo no se abre ante las palabras, sino ante la pasión. Ningún hechizo como palabras funciona. Todo hechizo como pasión funciona.
A.L.S. 22
En el camino siniestro hacia "llegar a ser el que se es" es fundamental aceptar, cultivar y desarrollar la intuición, que es como un paladar. No hay nada más personal. Por ejemplo, la gente tóxica deja siempre un regusto amargo al marcharse.
A.L.S. 23
Los hombres se dividen tradicionalmente en dos grandes castas: los caballeros y los rufianes. Los caballeros desprecian a los rufianes por su comportamiento sucio y cobarde. Los rufianes odian a los caballeros porque envidian el aura que emana de su nobleza. Lo demás es moderno.
Miguel AlgOl